Con el tiempo descubres quién eres y te das cuenta de todo lo que has aprendido, de que las caídas que has tenido no han sido tan malas, porque te han hecho ser la persona que hoy eres. Quizás te gusta lo que descubres de ti, quizás puedes cambiar aquello que descubres y no quieres ser y aquello que no quieres que los demás reciban. Nunca es tarde para cambiar. No lograrás ser perfecto/a, de lograrlo acabarías con el motor de tu vida, descubrir, aprender, soñar...
Con el tiempo, si no antes, consigues sentirte orgulloso/a de quien hoy eres, vas abriendo tu corazón y según das, recibes, según te sientes así lo transmites a tu alrededor, a aquellos que ya conocías y a quienes hoy conoces.
Todos podemos aportar algo positivo al resto y por supuesto, podemos también recibir positividad e incluso, transformar lo negativo. No te quedes nunca sólo con el lado amargo de las personas, la gran mayoría si no todos/as, tenemos un lado más humano y sensible, que aunque a veces esté latente, por supuesto existe.