Se acabaron los propósitos para el año nuevo y llegaron los propósitos para el día a día, para cada momento. Aprender a vivir el momento es el mayor de los logros, el mejor aprendizaje, o por lo menos, uno de los mejores.
Disfrutar del momento te permite estar presente en todo lo que haces y sientes, en todo lo que te comunican y te transmiten, no te pierdes detalle y por ello vives intensamente todos y cada uno de esos instantes de los cuales, siempre extraes algo que guardar en tu mochila de aprendizajes.
Sin propósitos, porque ahora únicamente se trata de seguir aprendiendo, de caerse, levantarse y de equivocarse, porque sabes que no hay mejor recompensa que aprender de tus errores, porque nada te hace más fuerte que resurgir.
Mis propósitos para este nuevo año son poco ambiciosos, simplemente seguir adelante, como siempre, como cada día al levantarme...
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