Correr, eso que hacemos tan frecuentemente, porque la mayoría siempre vamos tarde a los sitios, me incluyo, aunque debo reconocer que con los años voy mejorando.
A veces me pregunto ¿por qué siempre voy corriendo? es una manera de vivir, unos hábitos que he y estoy segura hemos adoptado, nada beneficioso para la salud y nada imposible de cambiar, eso sí, hay que estar dispuesto/a a hacerlo. Cualquier cambio, si no se desea, nunca será un cambio.
Mi experiencia me ha demostrado que no es forma de vida esa de ir corriendo, sufre el corazón, la mente y en definitiva sufres todo/a tu. Cuidarse, hay que cuidarse, sólo tenemos un corazón y una mente, un cuerpo vaya, un cuerpo que necesita relajarse de vez en cuando, necesita encontrarse consigo mismo y evaluar su estado, mostrarte como se siente, en tensión, relajado, dolor de estómago, quizás nervios y un largo etcétera de emociones.
Es difícil en ocasiones no correr, por ejemplo, si entras en el metro de Barcelona un lunes a las ocho de la mañana, probablemente acabes corriendo, como la gran mayoría. !Es tan estresante! Sí, estresante, normalmente tendemos a pensar que el estrés viene provocado por algo externo, a veces es así, pero ¿te has parado a pensar que una cosa es tu entorno y la otra como te relacionas con él? Si el primer lunes corres, pero te das cuenta de que no tienes prisa, quizás el segundo lunes correras un poco menos y así sucesivamente. Seguro que el cuarto o quinto lunes, tu ritmo es normal aunque a tu alrededor veas correr a todo el mundo...
Es cuestión de cambiar costumbres, de modificar hábitos, conseguir tener hábitos saludables, que en definitiva te proporcionaran una vida más placentera.
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