Para seguir hay que aceptar, aceptar nuestro pasado, en el cual en
ocasiones vivimos anclados. Muchas
veces hay pérdidas y conflictos en él sin resolver.
Sin aceptación difícilmente podremos seguir adelante, avanzar y crecer en
todos los aspectos de nuestra vida.
Aceptación no debe confundirse con
conformismo, nada tiene que ver y en muchas ocasiones se confunde.
Aceptar permite también elaborar pérdidas que hemos tenido y no hemos podido resolver, ya que a la
mayoría de nosotros nos resulta difícil perder, perder a seres queridos, perder el
trabajo...Nos guste o no, la pérdida forma parte de la vida y eso es quizás lo
primero que debemos aceptar.
Para conseguir algo, hay que perder y es sin duda esa falta la que nos mueve, la
que nos hace desear lograr nuevos retos.
Aceptando, incluso conseguiremos estar en paz con nosotros mismos, reconciliarnos con nuestro pasado, aprovechando oportunidades ahora en el presente.
La aceptación también ayuda a hacer cambios en nuestra vida, de lo contrario todo seguirá igual y viviremos inmersos en la queja.
Un consejo: aprende a valorar lo que tienes y acepta la falta, viéndola como una oportunidad, como un motor para seguir, para cambiar aquello que deseas y para conseguir tus metas y objetivos.
Tenemos tantas cosas por descubrir y ofrecer al mundo...
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