Uno de los motivos por los que solemos caer en la rutina es por el miedo, sí el miedo, esa emoción que nos gusta muy poco, pero que es necesaria, porque nos alerta en algunos momentos de nuestra vida y de no ser por él... ups! peligro.
A veces el miedo es infundado y es entonces cuando empiezan los problemas, te bloqueas y pierdes oportunidades, dejas de hacer cosas que deseas, pero que debido a tus miedos, crees que serás incapaz de hacer.
Curiosamente, según estadísticas, el segundo miedo más común es el de hablar en público, un miedo que personalmente, conseguí superar hace algún tiempo, ¿el secreto? el mismo que el de todo ser viviente, me enfrenté a él. El miedo empequeñece si te enfrentas a él.
Una vez superas alguno de tus miedos, te sientes capaz de superar otros, esto te ayuda a ganar seguridad en ti mismo/a, de hecho, las personas más seguras de si mismas, con una buena autoestima, suelen tener menos miedos.
Sobretodo, hay algo que no debes olvidar y es que puedes hacer todo aquello que te propongas.
Es muy importante también tener un pensamiento positivo, dejar atrás los pensamientos negativos y limitantes, que lo único que hacen es frenarte. Evita también los comentarios negativos de otras personas, las palabras son muy importantes y aunque a veces pensemos que no nos afectan, sí lo hacen. Aprende a filtrar los mensajes de los demás y quédate únicamente con aquello que te haga sentir bien y que se corresponda con la realidad.
Un consejo, mañana, intenta cambiar algo, no te pongas ese jersey gris, ponte uno rojo, no desayunes café y tostadas, date un capricho y cómete un dulce...todo empieza por pequeños cambios, pequeños cambios que te ayudan a hacer grandes cambios, cambios que te hagan más feliz, que te hagan sentir mejor.
¡Haz que tus miedos te dejen disfrutar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Me encantará saber que opinas!